miércoles, 26 de octubre de 2011

Buddy, Randy y todos los demás...



Yo pondría casi todos los westerns de Budd Boetticher muy juntitos, casi en hilera, abigarrados como el infierno; y los pondría en los colegios, para que los futuros aprendices de gilipollas se dieran cuenta de lo que es ser un tipo duro de verdad, y sobre todo cuándo serlo; de tener honor y casta, y besar bien a las chicas y tener sentido de la lealtad. Como educativos, siempre he mantenido que los westerns clásicos le vienen de perlas a la generación Ni-Ni; no sólo qué ser en la vida, sino cómo serlo. Y así las cosas, ya me temía que me iba a costar dar mi opinión sobre un solo título de este gran director, que siempre estuvo de alguna manera a la sombra de los consagrados cuyos nombres todos nos sabemos de memoria. Por ejemplo, BUCHANAN RIDES ALONE, que además de narrar toda una epopeya de hermandades, honores mancillados y confluencias culturales, sirvió a Clint Eastwood como inspiración para su INFIERNO DE COBARDES. Como no podía ser de otra manera, el mítico Randolph Scott, actor fetiche del director, se metía en la curtida piel de Buchanan, una especie de pistolero a sueldo con oscuro pasado tras la frontera mexicana y cuyas verdaderas motivaciones nunca quedan del todo claras (como debe ser, leches...). El "casual" encontronazo de Buchanan en el simpático pueblo llamado Infierno con los Agry, una despótica dinastía de caciques, tras defender a un mexicano que acaba con la vida de un Agry, que supuestamente ha violado a su hermana. 78 minutos le bastan a Boetticher para desplegar una áspera historia de traiciones y venganzas envuelta en sudor y polvo bajo un sol implacable. Denostado en su tiempo, relegado a la serie B más oscura, el director nacido en Chicago ha resurgido con fuerza en los últimos años, lo que no deja de ser curioso. Yo me mantengo firme: recuperen sus westerns de los 50 y se darán cuenta de lo mal que se cuentan la mayoría de las películas actuales.
Saludos a galope tendido.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Toda la filosofía que me ha servido para algo en mi vida (en mi vida real) la he aprendido de los westerns y de las películas de Woody Allen.
Esto no es un chascarrillo de cinéfilo ocurrente. Lo digo completamente en serio. De los westerns he aprendido a cómo comportarme cuando los principios fundamentales de Ley, Orden, Convivencia, etc, etc se tambalean o se vienen abajo (lo que sucede habitualmente), porque hacer lo correcto con todo de cara está chupao. De Woody Allen aprendí a disfrutar de los placeres la vida carnal.
A mí Boetticher no me gusta tanto como a ti. Y de esta peli.., si la he visto no me acuerdo.

dvd dijo...

Boetticher es uno de esos obreros aparentemente grises y eficaces que guardan decenas de poemas en un cajoncito escondido... Su problema fue que rodaba al alimón con Ford y toda la caterva de maestros, pero sus películas son muy entretenidas y muy chulas; y Randolph Scott es un duro de los de toda la vida... de los que te gustaría tener de colega, vamos...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!