domingo, 5 de junio de 2016

Rincón del freak #238: Relato, auge y penitencia de los enormes desapercibidos



El remake de INVADERS OF MARS, que la inefable Cannon perpetró hace ya treinta años, pasa por ser uno de los fracasos más ridículos y evitables de una productora que por entonces enlazaba taquillazos impúdicamente y a costa del gusto neoconservador de aquella "era Reagan". No iban a ser menos aquí, teniendo en cuenta que ya la original hagiografiaba las bondades de un sistema militar destinado a la salvaguarda de "todo" lo que viniese del exterior, y ni siquiera del espacio. Una pena, porque me parece que a Tobe Hooper, director de demostrada solvencia para este tipo de films, apenas le dejaron el margen de maniobra que, por ejemplo, sí tuvo en su obra inmediatamente anterior, LIFEFORCE, que rodó en Gran Bretaña. Dos apuntes: casi todo está calcado de la de Cameron Menzies, por lo que el homenaje deviene incapacidad para elaborar un discurso propio, y lo que no es una copia queda completamente fuera de lugar, como el retrato de los extraterrestres, que se muestran desde muy pronto y poco menos que son unas extrañas albóndigas con dientes que se desplazan muy... muy... muy lentamente. Nos queda el consuelo de asistir a un momento particularmente bochornoso a cargo de una extraordinaria actriz, Louise Fletcher, que al más puro estilo V se tragó un sapo de goma como si nada... A eso le llamo yo un "trabajo alimenticio"...
Evítenla, no se pierden nada.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!