domingo, 12 de junio de 2016

Rincón del freak #239: El concepto de autocontaminación



No sé si les dije que "El ataque a los Titanes" fue un éxito en Japón, lo que en su cultura cinematográfica equivale a rodar una secuela incluso estando la primera en cartel. Este curioso hecho hizo que SHINGEKI NO KYOJIN: KOUHEN (ATAQUE A LOS TITANES: EL FIN DEL MUNDO), más que una secuela pareciera un segundo episodio de una mastodóntica serie de episodios semestrales. Olvídenlo, la película es tan mala que me hizo replantearme el porqué de mi injustificado disfrute cuando vi la primera, y la resumo rápidamente: yo llamo poquita vergüenza a que se use un cuarto de hora de imágenes explicativas sacadas directamente de la otra peli, por que cuando te quieres dar cuenta ya ha pasado todo ese tiempo y no has visto nada de nada. Luego, pasando de los Titanes, que en realidad eran lo mejor, con ese aspecto de dar mucho yuyu que sólo se le puede ocurrir a un japo, aquí ni salen excepto un par de minutos al final, y la "trama" se reduce a un mon tón de japonesitos y japonesitas vestidos de titiritero y chillando, con esa forma tan característica de chillar que tienen los japoneses, que parece un coche estropeado intentando arrancar... Ni siquiera la vergonzosa pelea entre los dos Titanes "mayores" arregla el desaguisado, terminando por aparentar lo que ya nos temíamos, que era acercarse lo más posible a los peores momentos de Godzilla con cremallera...
Un insulto.
Saludos.

2 comentarios:

Jimmy FDZ dijo...

Los japoneses no pueden evitar poner esas caras tan raras mientras gritan tan dramáticamente, aunque nunca me termino de acostumbrar, jaja.
Creo que hay un par de películas animé sobre estos titanes, y quizás sean mejor: todo lo que no funciona en una adaptación live-action (los gritos dramáticos, los ojos ultra abiertos, coreografías) funciona en animación, a mi parecer. En todo caso ya tuve suficiente de titanes (la serie causó sensación por acá).
Saludos.

dvd dijo...

Es que, a ver, seamos francos. Lo único interesante de la peli eran esos gigantes con caras desencajadas en rictus de locura, que se mueven con lentitud y van comiéndose a la gente como boquerones... Si quitan eso, lo que ha quedado es un grupo de jóvenes japoneses gritando y gesticulando...
Un saludo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!