miércoles, 19 de octubre de 2016

Rivette escribe #8



En 1974, Rivette imagina la posibilidad de un film puramente coral, no sólo por estar escrito por muchos de los integrantes del mismo, sino también por la necesidad que siempre tuvo de borrar las fatigosas líneas entre los roles principales y secundarios. Pero más allá de socialismos, lo que de verdad importa en CÉLINE ET JULIE VONT EN BATEAU es la gozosa demostración de que se puede realizar, filmar, una película de corte fantástico partiendo de parámetros absolutamente contrapuestos a los dictados por la industria y valiéndose de la tradición literaria, donde es la imaginación del lector la que debe trabajar para construir el mundo al que es invitado. El problema es que no estamos acostumbrados, y esta película puede ser una experiencia farragosa, pero probablemente lo sea por la explicitud a la que ha ido derivando el cine, envenenando la imagen con explicaciones y sobreentendidos inútiles, y creando a un espectador-tipo infantilizado e incapaz de colaborar con la intención del creador, que no ha hecho más que poner en sus manos herramientas de construcción. Y efectivamente, la trama del film no puede ser más sencilla, y apenas habla de dos mujeres adultas que ensayan lo que parece una inmersión en la imaginación infantil, repensando la realidad que les rodea, sin abandonarla a nuestros ojos, pero actuando como si ésta fuera distinta ¿Qué es, si no, una representación, sino someternos al dulce engaño, renegar de la mediocridad que nos inunda y marcharnos a otra parte que sólo nosotros conocemos?...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!