martes, 25 de octubre de 2016

Trauma



Estaba cantado. De entre la vorágine de películas de terror con niños (entrecomíllenlo y les sale un género nuevo), estaba convencido de que los austríacos eran los que tenían una última palabra por decir, al menos antes de que esto ya se convirtiera en plaga. ICH SEH, ICH SEH (VEO, VEO sería su traducción correcta) participa del último cine del país de Mozart, y recoge la claustrofobia y la crítica social de su máximo exponente, que no es Haneke, sino Ulrich Seidl. Con más de lo primero que de lo segundo, el tándem Franz/Fiala, que dos años antes entregó el sorprendente documental KERN, realiza un inquietante relato de terror psicológico en el que nunca queda claro qué es exactamente lo que estamos viendo y qué consecuencias está teniendo sobre los protagonistas, de hecho los únicos integrantes del reparto: una mujer y dos gemelos. La mujer llega a casa con el rostro vendado y la esperan dos niños, sus hijos, pero el comportamiento extraño de la madre nos/les indica que podría tratarse de otra persona, una impostora que se hace pasar por su madre y que aspira a quedarse con todo lo que poseen e incluso acabar con ellos... así que no van a permitirlo.
A partir de aquí, resulta imposible continuar desvelando nada más de la sinopsis, tan sólo les diré que deben enfrentarse a este film con los sentidos alerta y la mente abierta para aceptar cualquier giro que se produzca, y en verdad son muchos y muy significativos. Una película seca, truculenta, agitadora, y que quizá pierde un poco de fuerza al final, cuando la violencia ya no es sugerida sino explícita, pero en cualquier caso constata que la corriente germana de horror extremo sigue ofreciendo producciones e incuestionable calidad.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!