miércoles, 16 de noviembre de 2016

Rivette escribe #12



A día de hoy, LE PONT DU NORD es una película muy diferente a como la concibió en su momento, aquel prolífico 1981, Jacques Rivette. Una película que era (como casi toda la obra de su autor) un juego inocente, infantil, jugado con elementos adultos; o una fantasía detectivesca, un thriller en toda regla, pero ahormado a unos elementos formales tan básicos, que más podría parecer un boceto haciéndose pasar por cuadro. Pero lo que cambia su visionado radicalmente es la terrible certeza de una mala pasada del destino, ya que LE PONT DU NORD fue el film que unió en la pantalla a Bulle Ogier y su hija Pascale, prematuramente fallecida sólo tres años después. Es por ello que, más allá de casuísticas o heteronimias autorales, que convierten a Rivette en demiurgo más que en director, la búsqueda infructuosa de estas dos mujeres, con París convertida en un tablero de "La Oca", importa menos por su estructura de fantastique embelesado y sí por unos cuantos instantes arrebatados al celuloide y que trascienden y ejercen casi de despedida metafísica u oprtunidad fijada en la eternidad. Además, Rivette vuelve a demostrar que valen más mil palabras elocuentes que una imagen vacía...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!