domingo, 22 de enero de 2017

Rincón del freak #255: Los deseos irreconciliables y los errores del serpenteo



Seguir la trayectoria de Adam Wingard es encontrarnos con un director joven, inconformista y que ya desde sus inicios hace una década, con un puñado de interesantísimos cortos low cost, estaba llamado a engrosar las filas de nuevos talentos del cine independiente yanqui. Su primer trabajo de entidad fue YOU'RE NEXT, cinta de terror con un pie en John Carpenter y otro en Sam Peckinpah; pero incluso admitiendo que sus errores y licencias eran motivados por su comprensible bisoñez, no era difícil intuir dónde íbamos a verlo un lustro después. Y es que dirigir una cosa titulada BLAIR WITCH es como escuchar un mitin de Monedero en el Corte Inglés, algo digamos que ligeramente indefendible. Y es sencillo incluso sin verla, porque, obviando el simulado de etalonaje en autotune molón de camaritas encima de la oreja ¿?, la chicha del asunto se limita a ver a seis pazguatos caminando por el bosque mientras nos van contando el argumento de la peli de 1999... Y es posible que, si no la han visto todavía, lo primero que les venga a la mente será la imposibilidad de concebir un desenlace como el que finalmente termina siendo. Yo ya les aviso por si acaso, pero a Wingard parece que nadie le está avisando. Él sabrá.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!