lunes, 6 de febrero de 2017

La angustia y la quietud



Otra gran personalidad que nos ha dejado recientemente es la gran Emmanuelle Riva, actriz de estilo elegante y reposado, y que obtuvo una nueva e inesperada actualidad a raíz de su inmenso papel en AMOR, de Michael Haneke. Pese a tener una carrera que se alarga por más de cinco décadas, no ha sido una actriz con una filmografía tan extensa como cabría esperar, aunque sí selecta, conteniendo algunas joyas como THÉRÈSE DESQUEYROUX, polémica y brillantísima adaptación que Georges Franju, otro raro, hizo de la celebérrima novela de François Mauriac, y que le valió a Riva el máximo galardón interpretativo en el Festival de Venecia. Concebida como un gigantesco flsashback, retoma la monótona existencia de la Thérèse del título, casada con un hombre (un también inmenso Philippe Noiret) de vida más que aburrida justo a la salida de la cárcel, donde ha ingresado acusada intentar envenenarlo. El gran hallazgo del film es, por tanto, construir un misterio "sin" misterio, propiamente dicho, y dar las claves para comprender qué o qué no hizo esta mujer, de la que parece imposible no sospechar, además de embaucar al espectador, a su propia moralidad, ya que también parece imposible no desear que en realidad no hubiese sido un accidente, sino una fría y calculada venganza contra quien ha proporcionado una angustiosa muerte en vida. Y Franju, cómo no, lo filma todo organizando las escenas, los personajes, derivándolos hacia su destino y con una naturalidad imperturbable, quieta, casi rozando el término "naturaleza muerta". Quizá el único director al que se pueda atribuir los adjetivos "moderno" y "clásico" con la misma y exacta intención.
Una joya intemporal a revisitar.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Estaba guapa hasta en Kapo.
Aunque a tu amigo Rivette no le gustara (Kapo).

dvd dijo...

A mí tampoco.
Esta señora ha sido uno de mis grandes fetiches prohibidos de adolescencia. Con eso lo digo todo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!