sábado, 4 de marzo de 2017

Un Origami animado



De entre la mediocridad reinante en los oscar de este año, habría que reconocer que lo mejorcito ha estado repartido entre las categorías de "habla no inglesa" y "animación". Y una de las propuestas más celebradas ha sido KUBO AND THE TWO STRINGS, una preciosa fantasía en exquisito stop-motion, con un pie en la tenebrosa imaginería de Neil Gaiman y otro en la exuberancia del estudio Ghibli. Y no es casual, ya que su máximo responsable, Travis Knight, fue parte importantísima en CORALINE, además, la trama está ambientada en un Japón medieval en el que mitos y leyendas cobran vida y ponen a funcionar un enfrentamiento entre el bien y el mal, que también es la crónica del paso a la madurez del niño del título. Ya desde el espectacular arranque, tomamos conciencia de que Kubo no es un chaval normal, y que su madre ha huido con él por una poderosa razón, tan poderosa como su legendario shamisen de dos cuerdas, que al ser tañidas desatan la magia que protege al joven Kubo de sus perseguidores, seres del más allá que anhelan arrancarle el único ojo que le queda.
KUBO... es una experiencia más que gratificante, y la reválida del estudio Laika, que se postula como un interesantísimo renovador de la escena animada estadounidense, apostando por historias menos edulcoradas que Disney y  también más osadas en lo gráfico. De hecho, en el DVD se incluye tras los títulos de crédito finales (no se pierdan la bellísima versión que Regina Spektor realiza de un famoso tema compuesto por George Harrison) un inserto que da cuenta de la complejidad de este trabajo, uno de los imprescindibles de la temporada, aunque tampoco se llevara el galardón.
Saludos.

1 comentario:

David dijo...

Está muy bien, sip.
Un saludito.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!