martes, 28 de marzo de 2017

Y siguen viniendo...



EN MAN SOM HETER OVE (UN HOMBRE LLAMADO OVE) era otra de las nominadas al oscar en la categoría de habla no inglesa. Una irregular comedia negra acerca de la figura de un hombre bastante de mandarle a tomar por culo, que luego se va edulcorando hasta los límites de la diabetes y termina tirando por tierra una idea de partida bastante atractiva y que, me temo, debe estar más desarrollada en el libro en el que se basa. El Ove del título es introducido en un arranque que es lo mejor de sus excesivas dos horas, como un tipo quejoso y meticuloso hasta lo indecible, que no duda en tratar a la gente como mierda y que está pensando en hacerle un favor al mundo suicidándose tras ser despedido de la fábrica de transmisiones mecánicas en la que trabaja desde hace 43 años, y así reunirse con su esposa, recientemente fallecida. A partir de ahí, a Hannes Holm le toca reconvertir al personaje que parece salido de "Family guy" y que termine por caernos hasta simpático, y todo a base de unos flashbacks bastante torpones y convencionales. Baste que yo ponga aquí un ejemplo sangrante, el de un viaje que la pareja hace a España cuando ella está embarazada y que al director se le ocurre ilustrar con una canción de... ¡Demis Roussos! El odioso Ove se luce una vez más y critica cada rincón de unos apartahoteles costeros, mientras evita gastar un céntimo sisando del bufet libre... Así son los suecos, los mismos cuyas mujeres ponían los dientes largos a Saza y Landa y como venganza nos vendieron el Ikea... No digo más. Película plana, normal, corriente y olvidable. Sueca de Suecia, vaya...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!