viernes, 9 de junio de 2017

Ettore Scola. Un italiano en Italia #23



En 1989, Ettore Scola dirigió dos películas. SPLENDOR, dirigida a las salas y de la que hablamos la semana pasada, y CHE ORA É, una modesta producción televisiva con la que Scola mantenía el tándem Mastroianni/Troisi, y que sorprendentemente es uno de los trabajos más redondos de toda su filmografía. Casi filmada en tiempo real, su argumento, sencillísimo, comienza con el encuentro entre padre e hijo; el primero es abogado en Roma, mientras el segundo está a punto de acabar el servicio militar y, licenciado en letras, sueña con dedicarse a escribir. Si alguien me preguntara sobre las mejores adaptaciones literarias en pantalla, esta película estaría en un puesto de honor, aunque curiosamente se trate de un guion original del propio Scola y su hija, Silvia, con lo que ello conlleva de ejercicio catártico. Estos dos hombres mantienen conversaciones banales mientras pasean, comen, beben; palabras de las que el espectador extrae toda una historia, le de dos generaciones que están condenadas a no entenderse cuanto más lo intenten, pero la mano maestra de Scola y sus dos extraordinarios intérpretes es capaz de construir la historia de esta "familia" en completo fuera de campo, y como si de un maravilloso y revelador anticipo de aquel Richard Linklater que hizo pasear tantas veces a Ethan Hawke y Julie Delpy, esta "novela filmada", evitando innecesarios y burdos psicologismos, logra que seamos nosotros mismos quienes descifremos cada intención tras lo que un padre y un hijo no son capaces de decirse sin caer en el eufemismo.
Una delicia, injustamente olvidada y que es un magisterio de economía de recursos para erigir una pequeña obra maestra.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!