miércoles, 11 de octubre de 2017

Películas para desengancharse #28



Hay cosas de las que cuesta un mundo desprenderse, o desengancharse. En mi caso, QUO VADIS representa esto a la perfección. Lo primero fue la descomunal, farragosa, granítica novela de Henryk Sienkiewicz, que sólo fui capaz de completar a lo largo de un lustro y pico. Ustedes pueden imaginar el solaz experimentado tras tamaña proeza, pero quizá no comprendan que haya tardado un mes escaso en ponerme con la película. No es lo mismo, es cierto, y pese a sus tres horas de duración, el QUO VADIS que el gran Mervyn LeRoy filmó para la Metro en 1951 logra sintetizar el hueso de la obra original y deja para otra ocasión que alguien bucee más profundamente en sus analogías y metarreferencias. QUO VADIS, la película, es una de romanos en el sentido más amplio de la frase, con un héroe, Robert Taylor, que es presentado como un ufano general y termina encontrando el amor, la fe cristiana y lo que haga falta en los brazos de una Deborah Kerr más delicada y enternecedora que nunca. También es la crónica de un imperio, el romano, que atravesaba un momento de incertidumbre, ya que todo el mundo le plantaba cara con la intención de usurpar su lugar preponderante. Es el relato de aquellos años (o eso nos han contado), tras todo lo que ocurrió con Jesucristo, de la expansión de cristianismo y de los avisos de que algo que se creía indestructible llegaba a su fin. Es un relato de intrigas internas, de enormes espectáculos de danza, de gladiadores de aspecto imponente, de bacanales, leones, cristianos, toros, más cristianos, una ciudad en llamas y el inefable imbécil al que nadie es capaz de decirle que está desnudo. Sí, QUO VADIS es, por encima de todo, Peter Ustinov...
Saludos.

3 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

100% AGREE. Nada que añadir a esta grandeza. Bueno sí, viva Mervyn Leroy.
Occidente caerá lo mismo que cayó el Imperio romano, y caerá por las mismas causas: la cobardía de sus acomodados ciudadanos. Salvo que lo remediemos, claro.

Rosa Ortega Díaz dijo...

A ver, de hoy no pasa. Será porque ya estamos de puente, que para algunos es patriótico de banderín, himno, e incluso ateística patrona virginal, y para mí es... Puffff.... Puente... El caso: Desengancharse empieza por hacer el sacrificio de privarse, no de regodearse con la sobredosis de novela tras peli hace ha (al menos un lustro)- peli (otra vez) tras novela que crió telarañas... ¿Me puede usted explicar el sentido del título de estas entradas? Ninguna de las que usted comenta son para hacer el sacrificio de la privación. QUO VADIS? Pero dónde va?? A muerte por sobredosis!! Hay gente pa tó, incluso para desengancharse incitando al consumo. No, no me voy a desenganchar de las buenas de romanos! Saludos!!

dvd dijo...

Ah, eso es muy fácil de explicar. Uno de los principios de la heurística consiste en la no intervención de factores como los sentimientos o las valoraciones personales. El tema a seguir es remembranza de otro monográfico, nada personal, y así debería seguir siendo en base a la comuncación entre iguales, sin que intervengan segundas intenciones.
Espero haber sido de ayuda.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!