viernes, 17 de noviembre de 2017

Alta redefinición



El otro día cayó en mis manos la remasterización de BARON PRÁSIL, la obra maestra de Karel Zeman y film fundamental para comprender y apreciar hasta qué punto se puede extralimitar la creatividad para alcanzar cotas nunca vistas. Esta inagotable fuente de referencias, que se inspira libremente en aquellas "aventuras del Barón de Münchhausen", escritas por Rudolf Erich Raspe, y que son la cumbre de la hipérbole en tanto que creación pura. Aquéllas fueron las exageraciones de un noble exageradas por un escritor, y cómo no iba un autor como Zeman, maestro del ensanche y expansión perceptivo, a usar todo ello en su beneficio y facturar un film inclasificable y libérrimo, en el que igual estamos en el pasado que en el presente, en la Tierra o en la Luna, en Turquía o en América. Un paseo deliciosamente anárquico por la exaltación de la libertad de posibilidades, en el que los personajes pasean y se mueven y saltan y se estrellan entre grabados de Gustave Doré y una gama cromática que trasciende las etiquetas "color"y "Blanco y Negro". Una oportunidad imperdible para disfrutar esta maravilla de 1961 en la nítidez del BluRay, que le sienta especialmente bien y que hace de puente entre Méliès, su predecesor más preclaro, y el film de Terry Gilliam, que a duras penas llega a ser un rendido homenaje al gran director checoslovaco.
Imprescindible.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!