lunes, 27 de noviembre de 2017

Películas para desengancharse #47



No sé si han sido ustedes jóvenes en los 90. No fue fácil reinventarlo todo otra vez de nuevo, certificar el enterramiento definitivo de los cacareados 80, buscar una cierta estética, un logotipo que definiese la mezcla de hastío existencial, abandono de las utopías y escupitajo a cualquier tentación ingenua de convencionalismo. Aquello se llamó "Generación X", pero ni siquiera dos décadas después hay un solo documento, tratado o conferencia que atestigüe que no existió sólo en nuestra imaginación febril, lábil y veinteañera. No había nada real contra lo que luchar, así que todo fue una derrota constante, desde el principio, sin pecados que expiar ni otro lema que el "hazlo ahora". Es una lástima que en España, donde se gestó una granada y aún reivindicable escena musical independiente (Los Planetas vendían casi lo mismo que Miguel Bosé), casi el único testimonio al que se alude como crónica de aquel tiempo sea HISTORIAS DEL KRONEN. La novela de José Ángel Mañas, pequeña, imperfecta, llena de errores honestos, al menos tenía la decencia de no expandirse hacia los territorios del sermón autocompasivo, que es el gran error del film de Montxo Armendáriz. Enormemente popular en aquel 1995, esta irregular película comienza bien, con una larga secuencia que engloba al grupo de amigos que se reúne en el bar homónimo y los lanza a la interminable noche madrileña, donde hay conciertos, sexo esporádico, rayas, pantalones de pinza y mucho alcohol cuando se fumaba en todas partes. Luego, no mucho después, nos amos cuenta de que aquellos eran unos pijos consentidos, no mucho mejores que los imbéciles de ahora que sujetan pitbulls y porros con igual destreza, unos tipos de poca sesera que a mí ya me pareció imprudente en su momento que fueran presentados como representantes de un afortunadamente breve lapso temporal, justo el que va de la proclamación general emancipatoria y la gestación del huevo de la serpiente que nos está matando en etos penosos años de desierto moral. Sería interesante escuchar qué le parece a un joven de ahora este film, aunque yo le recomendaría otra cosa, claro...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!