domingo, 19 de noviembre de 2017

Rincón del freak #290: ¡Que te pico, leche!



De nuevo reunidos en torno a la caspa dominical, me pregunto qué sería de esta legendaria sección sin que incluyésemos de vez en cuando esas películas que de verdad otorgan caché a quienes se declaran como auténticos freaks, consumidores compulsivos e irracionales de esas "producciones" que rayan lo insanamente cutre. Aquí amamos profundamente el cine de Roger Corman, por irrepetible, por ser mil veces (mal) imitado, por su entrañable ingenuidad pese a que yo me inclino a pensar que había una autoconsciencia que pocos se atreverían a tener en cuenta. Corman filmó, entre los 50 y los 70, una miríada de títulos insospechables, que conforman una mitología al margen de la "industria oficial" y que, con mayor o menor fortuna, de haber tenido un gran mérito éste sería el de indicar a las siguientes generaciones cómo afrontar el reto de dirigir una película prácticamente a coste cero. En este sentido, THE WASP WOMAN ha resistido los embates del tiempo por su descabellado punto de partida. Supongamos que mi idea de hacer una peli de terror tenga el histriónico trasfondo musical de Fred Katz, capaz de pasar a Espinete por un monstruo de pesadilla; el problema es que ya los créditos iniciales auguran algo extraño: se nos dice que en breve veremos a la horrible mujer avispa, pero lo que vemos en realidad es un enjambre de abejas... ¿?... Da igual, en la serie B podemos crear tensión viendo a un grupo de apicultores, mientras el científico loco en realidad es un pobre hombre que investiga cómo extraer la jalea real de las avispas, en lugar de hacer miel. Cuando es despedido, encuentra acomodo en una empresa de cosméticos que va a la quiebra, y que está regentada por una mujer luchadora (bien por Corman) que en lugar de resignarse decide probar en sus carnes el producto del pseudo-científico, que la transforma en una veinteañera, con lo que el éxito de sus productos de belleza está asegurado. Lo malo es que a la señora se le va la mano con la dosis y terminará convertida nada menos que en una avispa humana, que, lejos de parecerse a la criatura del cartel promocional (otra constante en Corman), queda apenas como una careta repleta de pelo (tampoco lo entiendo) y ojos como coladores, cuyo terrorífico afán es lanzarse sobre la gente cual luchadora de wrestling y darles un bocado, o un picotazo o yo qué sé...
Y les digo: si no tienen un plan que merezca la pena para este Domingo o ayer se pasaron con el mezcal y los barbitúricos, no sé a qué están esperando a ver este clásico anti-resacas. Sale la gran Barboura Morris fumando y la no menos sugerente Lynn Cartwright limándose las uñas. Porque aquí las mujeres son las que cortan el bacalao...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!