jueves, 1 de febrero de 2018

Locura y empatía



Hace un par de años escribí aquí acerca de la grata sorpresa que me supuso CREEP, inclasificable mezcla de horror y mumblecore, con el genio creativo de Mark Duplass detrás y una considerable ristra de premios en el circuito independiente. No hubiese imaginado que el tándem Duplass/Brice se planteara la continuación a una película que dejaba pocos resquicios abiertos, pero lo cierto es que CREEP 2, aun manteniendo muchas de las constantes de su antecesora, abre un camino diferente e igualmente interesante. Lo primero que llama la atención es el concepto de base, pues ya sabemos que el personaje principal es el asesino, y no se nos oculta en ningún momento; pero tampoco a su (única) compañera en la función, una chica que busca desesperadamente una historia impactante para filmarla y relanzar su ignota página web. El juego psicológico propuesto es que intentemos meternos en dos cabezas y sacar nuestras propias conclusiones; desde el inicio, él le dice abiertamente que es un asesino en serie, aunque la veracidad de ello dependerá de ella, de si se quedará para filmarle y ganar un montón de dinero o cree que es un charlatán solitario que pretende engañarla. Ahí radica toda la fuerza de un film con montones de diálogos, en si el guion será lo suficientemente hábil como para enañarnos a nosotros, au disponiendo de toda la información.
Si lo que esperan es un festival de vísceras y truculencias visuales, será mejor que no la vean. CREEP 2 va un paso más allá, y consigue que por momentos sintamos una piedad infinita por un sociópata asesino... El problema es si él interiormente siente lo mismo por nosotros...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!